Original
Methodology
to evaluate bioreproductive efficiency in cattle herds
Roberto Vázquez Montes de Oca *, José Alberto Bertot Valdés **
, Maydier Norman Horrach Junco **
*Departamento de Morfofisiología, Facultad de Ciencias
Agropecuarias, Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, Camagüey,
Cuba.
**Departamento de
Veterinaria, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Camagüey
Ignacio Agramonte Loynaz, Camagüey, Cuba.
Correspondencia: roberto.vazquez@reduc.edu.cu
Recibido: Septiembre, 2019;
Aceptado: Octubre, 2019; Publicado: Enero, 2020.
Antecedentes: Para la evaluación
de la eficiencia reproductiva de los rebaños se han utilizado diversos
indicadores con severas limitaciones. Objetivo: Obtener un índice global que
integre todos los aspectos del proceso biorreproductivo del rebaño con una
estructura que facilite su aplicación en cualquier escenario. Métodos: Se construyó un índice global
de eficiencia biorreproductiva a partir de dos índices parciales o componentes
básicos: hembras en desarrollo y nacimientos en las vacas; todos ellos se
interpretan en base a la desviación de los valores con respecto a la unidad
(cumplimiento del objetivo) con tres niveles de acreditación para alcanzar la
eficiencia reproductiva deseada. Para ilustrar el uso de la metodología
propuesta se realizó una simulación en un rebaño compuesto por 117 vacas de
estas 54 nulíparas con un nivel de acreditación medio (edad al primer parto e
intervalo entre partos de 32 y 16 meses, respectivamente) y periodicidad
mensual. Resultados: Los valores
obtenidos: para el índice parcial de nacimientos en las vacas fueron (0,82), el
índice parcial de hembras en desarrollo (1,19) y el índice global de eficiencia
biorreproductiva (1,01) indican que el rebaño mantiene su nivel de
acreditación. La evaluación también puede ser agregada transversalmente y en
cualquier unidad de tiempo a evaluar o seriada longitudinalmente y representa
un sistema de mejoramiento continuo de la eficiencia biorreproductiva del
rebaño hasta alcanzar los límites biológicamente permisibles. Conclusiones: Se brinda una metodología
para construir un índice global personalizado que evalúe la eficiencia
biorreproductiva del rebaño y el desempeño del productor.
Palabras clave: comportamiento reproductivo, ganado, control de la
reproducción, parto, reproducción (Fuente:
AIMS)
Background: Several indicators have been used to evaluate
herd reproductive efficiency with serious limitations. Objective: To
achieve a global index that integrates all the aspects of herd biorreproductive
process, using a structure that facilitates application in any scenario. Methods:
A global index of reproductive efficiency was created based on two partial
indexes or basic components in cattle: growing females and births of cows, all
interpreted thorugh deviation of values in relation to the unit (accomplished
goal), using three levels of accreditation of desired reproductive efficiency.
A simulation was performed to illustrate the utilization of the methodology
suggested, in a 117-cow herd, of which 54 were nulliparous, with a mid
accreditation level (age at first calving and calving intervals of 32 and 16
months, respectively), and monthly periodicity. Results: The values
achieved in partial cow births (0.82), partial index of growing females (1.19),
and global index of biorreproductive efficiency (1.01) indicated that the herd
kept its levels of accreditation. This evaluation may also be added
transversally and at any time unit used, or be seriated longitudinally,
establishing a system of continuous improvement of herd biorreproductive
efficiency, until reaching biologically permissible limits. Conclusions:
A methodology is suggested to build a customized global index to evaluate herd
biorreproductive efficiency and farmer performance.
INTRODUCCIÓN
En cualquier sistema de organización de la reproducción las acciones
encaminadas al control del proceso sólo son efectivas si se acompañan de la
evaluación sistemática de su eficiencia. Se han utilizado de forma invariable
indicadores tales como los días abiertos, los servicios por concepción y el
intervalo entre partos, entre otros, que presentan limitaciones severas
señaladas desde hace varios años (Plaizier y King, 1996; Weigel, 2004), pues
reflejan eventos pasados y, por tanto, no son efectivos para medir
dinámicamente la eficiencia real del manejo reproductivo.
También han sido objeto de críticas los índices integrados o combinados
(González, 2001). En la actualidad se siguen utilizando alternativas, por
ejemplo, Stevenson y Britt (2017) expresan que como parte del índice de
comportamiento total del Holstein se incluye un índice de fertilidad que
combina varios rasgos reproductivos de las novillas y las vacas.
Dada la complejidad de la evaluación de la eficiencia biorreproductiva,
ningún indicador por sí solo y por complejo que sea, podría hacerlo
integralmente; por otra parte, un índice compuesto por varios indicadores
necesariamente incurriría en solapamientos y repetición parcial de algún
contenido; o partición de este en más de un indicador.
Por lo anterior surge la interrogante de cuál es la vía que podría
utilizarse para evaluar dinámicamente el comportamiento reproductivo del
rebaño. Para lograrlo es necesario un índice global que abarque de forma
integral todas sus facetas, con una estructura o métrica que supere los
inconvenientes planteados y que, a su vez, sea sencillo de calcular e interpretar
y aplicable en cualquier tipo de explotación, desde una ganadería con bajos
insumos hasta en rebaños élites basados en la excelencia, con recursos humanos
calificados y la aplicación de tecnologías avanzadas. Consecuentemente el
objetivo del trabajo fue proponer una nueva metodología para evaluar la
eficiencia biorreproductiva en rebaños vacunos.
La metodología propuesta se centra en
los nacimientos, variable que
constituye la principal salida en el sistema de organización y control de la
reproducción (Bertot et al., 2011),
con lo que impide que el hombre manipule momentos de la vida reproductiva de la
hembra. La metodología consta de tres fases: división de la vida reproductiva
útil de la hembra, establecimiento de categorías de acreditación para los
rebaños y definición de los índices. Se explican seguidamente.
I. División de
la vida reproductiva útil de la hembra
El ciclo de vida útil de la hembra
bovina fue dividido en un punto inequívoco de continuidad reproductiva
(Fig. 1); por tanto, se ha seleccionado convenientemente la edad al primer
parto (EPP).
Fig.
1.
Dinámica de la vida reproductiva de una hembra con seis partos en un rebaño con
eficiencia reproductiva media (primer parto a los 32 meses de edad e intervalos
entre partos promedio de 16 meses)
De esta
forma se evita a propósito la partición en un punto confuso, relacionado con la
incorporación activa de la hembra a la reproducción o a su primer celo fértil,
cuya continuidad, ya sea prospectiva o retrospectivamente, es incierta dada su
relación con la influencia genética de la madurez sexual (Corvisón y Vázquez,
2005). Por otra parte, el manejo nutricional y la tasa de crecimiento, tanto en
novillas lecheras (Akins, 2016) como de carne (Larson, White y Laflin, 2016;
D'Occhio, Baruselli y Campanile, 2018) son determinantes en el desarrollo de la
novilla y en la edad al primer parto, como reflejo del trabajo del hombre.
II. Establecimiento de niveles o
categorías de acreditación para los rebaños
Se
establecieron tres niveles o categorías de acreditación (Tabla 1) según los
objetivos propuestos en cada uno de ellos con respecto a la EPP, el intervalo
entre partos (IPP), la tasa de reemplazo (TR) y la media de todos los
nacimientos ocurridos (promedio de partos) en el rebaño para alcanzar la
eficiencia reproductiva deseada. Las metas u objetivos, en cada nivel o
categoría, se incluyen en el cálculo del índice como constantes transitorias
(CT) y representan un sistema de mejoramiento continuo de la eficiencia
biorreproductiva del rebaño hasta alcanzar los límites permisibles
biológicamente.
Tabla
1.
Niveles o categorías de acreditación propuestos para el rebaño
Indicador |
Nivel
o categoría de acreditación* |
||
Bajo |
Medio |
Alto |
|
EPP (meses) |
36 |
32 |
28 |
IPP (meses) |
20 |
16 |
13 |
TR (%) |
20 |
16 |
12 |
Promedio de partos |
3,5 |
4,0 |
4,5 |
*Los
valores numéricos representan las constantes transitorias (CT)
III.
Definición del índice global, sus componentes y contribución relativa
Índice global de eficiencia biorreproductiva (IgEBR)
Se
construye un IgEBR, usando cualquier unidad de tiempo para la evaluación,
calculado según el promedio de dos índices parciales o componentes básicos como
sigue:
Índice parcial de hembras en
desarrollo (IpHD). Evalúa a las hembras desde su nacimiento
hasta el primer parto.
Índice parcial de nacimientos en
las vacas (IpNV). Evalúa toda la vida reproductiva útil de las
hembras adultas hasta su baja de la reproducción. Siempre que se haga
referencia a los partos o nacimientos como eventos que ocurren al unísono, debe
entenderse con la condición de que los partos conduzcan a nacimientos sencillos
y viables.
Todo lo
anterior, de la siguiente forma:
0,5 = Impacto o contribución relativa de cada uno de
los componentes al valor del índice parcial.
Índice parcial de hembras en desarrollo (IpHD)
El trabajo con la hembra en desarrollo es el más exigente; es el elemento fundamental el cual determina que, en el futuro, el rebaño como empresa productiva, se deprima, estabilice o se desarrolle.
Siendo:
IpHD
= Hembras en desarrollo (EPP como indicador clásico subyacente).
NON
= Nacimientos observados en las novillas en la UTE.
NEN
= Nacimientos esperados del total de nulíparas en existencia inicial para la
UTE.
En
este punto se hace necesario aclarar o definir conceptualmente algunos
términos:
La
unidad de tiempo a evaluar (UTE) se
refiere a la sistematicidad o periodicidad con que se desean realizar las
autoevaluaciones: Comúnmente esto se debe hacer mensual, es decir con una periodicidad
igual a 12 pero pudiera ser bimestral, trimestral, con periodicidad igual a
seis y cuatro, respectivamente.
Teniendo
en cuenta que la cantidad de hembras en la reproducción es variable en los
rebaños, se recomienda que la UTE se ajuste según la Tabla 2, ya que
cuando el rebaño es muy pequeño, suele suceder que en determinadas UTE no
ocurran nacimientos en las novillas, en las vacas o en ambas, lo que resultaría
en un valor cero para el cálculo de los índices parciales. Esta situación, independientemente
de que se compense en el transcurso del tiempo, podría desestimular
momentáneamente a los productores.
Tabla 2.
Recomendaciones para la periodicidad a utilizar en dependencia de las hembras
en la reproducción existentes en el rebaño.
N (Hembras en la reproducción) |
UTE |
Periodicidad |
˃ 119 |
Mensual |
12 |
90-119 |
Bimestral |
6 |
60-89 |
Trimestral |
4 |
30-59 |
Cuatrimestral |
3 |
˂ 30 |
Semestral |
2 |
Esta propiedad adaptativa del índice
le permite lidiar con el fenómeno de estacionalidad, ya sea natural (Mendoza
et al., 2019) o provocada artificialmente mediante
la sincronización del estro o técnicas más avanzadas como la inseminación
artificial a tiempo fijo (IATF) (Oosthuizen et
al., 2018).
Así, por ejemplo, si se aspira a que
el primer parto de las novillas ocurra a los 30 meses de edad y se pretende
hacer las autoevaluaciones con una periodicidad de cuatro, es decir
trimestralmente, mediante una simple regla de tres se obtiene un valor de
3/30 = 0,1 partos trimestrales esperados por nulíparas (hembras desde
el primer día de nacidas hasta el día anterior al parto). Finalmente, el valor
NEN se obtiene multiplicando (0,1) por el número de nulíparas existentes en el
rebaño al inicio del trimestre o al final del trimestre anterior.
Índice parcial
de nacimientos
en las vacas (IpNV).
Siendo:
IpNV
= Nacimientos en las vacas (IPP como indicador clásico subyacente)
NE
= Nacimientos esperados del total de vacas en existencia inicial en la UTE.
NR
= Nacimientos reales observados en las vacas en la UTE.
Una vez establecido el objetivo de
IPP en meses que se desea alcanzar para obtener un nacimiento por vaca, es muy
fácil calcular el valor correspondiente en la UTE utilizada, el cual
multiplicado por el total de vacas en existencia inicial devolverá finalmente
el valor de NE.
Ejemplo:
En un rebaño con un total de 80 vacas para alcanzar la meta de un ternero por
vaca cada 20 meses, y si se desea hacer una autoevaluación o control bimestral,
el número equivalente de terneros esperados bimestralmente sería igual a:
NE=
0,1 nacimientos totales en la UTE
Alternativas o variantes a estos dos índices parciales reproductivos básicos,
pudieran obtenerse a partir de la tasa de reemplazo y el promedio de partos o
nacimientos en las vacas del rebaño como indicadores clásicos subyacentes, lo
cual por el momento está fuera del alcance deseado en este trabajo.
Indicadores
parciales opcionales
Es posible expandir el IgEBR con la
inclusión de otros componentes relacionados con la gestión del productor y el
propósito del rebaño. En este caso se incluyen los siguientes:
Índice parcial
de crecimiento
de la masa hembra (IpCM)
Este
es un índice
parcial temporal que tiene la función de
evaluar el incremento de tamaño del rebaño, controlar su estabilidad y, sobre
todo, la indeseada tendencia al decrecimiento. Se calcula de la siguiente
forma:
Siendo:
EF
= Existencia final de hembras en el rebaño en la UTE.
EI
= Existencia inicial de hembras en el rebaño en la UTE.
Este
componente se expresa sencillamente en base a los controles clásicos de
existencia inicial y final en el movimiento del rebaño; al igual que los
anteriores mantiene la misma métrica, pero sin CT. Se considera temporal porque
una vez cumplido el objetivo de estabilizar de forma sostenible el tamaño
deseado del rebaño puede removerse para no complicar el índice global
innecesariamente.
Este
índice se puede calcular también con la adición de los machos, que constituye
una variante no incluida en este trabajo.
Índice parcial
de desarrollo
del macho (IpDM)
Este
índice es opcional y complementario; tiene como objetivo evaluar el desarrollo
del macho tanto en ganado de carne, leche o doble propósito. En el ganado
lechero generalmente la cría y desarrollo del macho se valora como un
subproducto de la producción de leche, pero a los efectos de construir un
índice biorreproductivo global, como el que se propone, debe considerarse
porque su crianza representa una actividad más en el manejo integral
del rebaño y son, en definitiva, resultado de la actividad reproductiva de sus
madres. Se calcula de la siguiente forma:
Siendo:
BVMO
= Al número observado de bajas por ventas de machos en la UTE por cumplir los
requisitos de salida en el tiempo establecido.
BVME
(El número de bajas por ventas esperadas por la misma razón) = Total de
nacimientos de machos ocurridos en la UTE con un retardo igual al tiempo
establecido para cumplir los requisitos de salida o baja definitiva del rebaño.
Observación:
Para determinar las BVME prestar especial atención a la relación entre la UTE y
el tiempo establecido para cumplir los requisitos de salida.
Impacto o
contribución relativa de cada índice parcial al índice global
El impacto o contribución relativa de cada índice parcial es expresado por el
coeficiente de cada uno de los
componentes al valor del índice global, por ejemplo, en este caso es 0,5 pues
está formado por dos índices parciales (y relativa porque su suma es igual a la
unidad). Si se expandiera el índice global para incluir tres o cuatro índices
parciales es fácil comprender entonces que, por las mismas razones, el valor de
este coeficiente sería 0,33 y 0,25 respectivamente, si se mantiene equivalente
la contribución relativa.
Para demostrar la utilidad del método
se realizó una simulación en un rebaño compuesto por 117 vacas y 54 nulíparas
(terneras, añojas y novillas) de las cuales se obtuvieron 6 y 2 partos
respectivamente. Se utilizó para el cálculo del IgEBR un nivel o categoría de
acreditación medio (EPP e IPP de 32 y 16 meses respectivamente) para calcular
los dos índices parciales básicos y una periodicidad mensual.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Del
análisis de los resultados de la simulación (Tabla 3) puede
inferirse que el rebaño no ha alcanzado las metas para cambiar de categoría
puesto que el área de nacimientos en vacas aun es deficiente, por lo que debe
recomendarse mantener el trabajo en las novillas y enfocarse en alcanzar la
regularidad de los ciclos reproductivos en las vacas, por ejemplo, la
implementación de programas nutricionales y de salud que reduzcan el riesgo de
alteraciones metabólicas y los cambios en la condición corporal (Barletta et al., 2017).
Tabla 3. Resultados de la simulación en un rebaño y una sola UTE.
Existencia de hembras |
Nacimientos |
Componentes |
IgEBR |
||||
Nulíparas |
Vacas |
IpHD |
IpNV |
||||
Novillas |
Vacas |
||||||
54 |
117 |
2 |
6 |
1,19 |
0,82 |
1,01 |
Este resultado puede obtenerse además
con datos agregados de varios rebaños pequeños o acumulados con más de una UTE.
Después de alcanzar valores próximos a la unidad, como promedio estable, para
el IgEBR durante un periodo de tiempo prolongado (por ejemplo, un año), se
sugiere abandonar el nivel actual (medio) y cambiar hacia las CT del nivel
superior.
En este mismo caso, si se quiere ser
más riguroso en la selección para la mejora genética de las vacas, se aspira
finalmente a acelerar el tránsito a niveles excelentes de eficiencia
biorreproductiva, pero presenta dificultades para cumplir con el contrato de
venta de los machos, debe mantener la unidad de tiempo de las autoevaluaciones,
comenzar utilizando las CT correspondientes al nivel medio y optar por un IgEBR
completo de la siguiente forma:
IgEBR = 0,25 (IpDM + IpHD
+ IpNV
+ IpCM)
Siendo:
IgEBR = Índice global de eficiencia
biorreproductiva
IpDM = Índice parcial de desarrollo
del macho
IpHD = Índice parcial de hembras en
desarrollo
IpNV = Índice parcial de nacimientos
en las vacas
IpCM = Índice parcial de crecimiento
de la masa básica
Cuando
el productor lo considere oportuno, solicita una evaluación externa, que,
mediante una comisión de especialistas, hará la auditoría de los controles y
registros que evidencian las autoevaluaciones y emitirá el certificado de
acreditación para el nivel que corresponda.
Es conveniente aclarar que, aunque el
índice global tiene una connotación eminentemente zootécnica, no aborda
directamente nada relacionado con el manejo, la alimentación, la salud y la
selección genética, sino que, por el contrario, todo lo anterior se asume
incluido indirectamente en conceptos mucho más amplios, tales como: el sistema
de explotación y las buenas prácticas ganaderas de todo tipo, las cuales
dependen más de la gestión del hombre para el desarrollo exitoso de un rebaño.
Además de las propuestas o sugerencias hechas, vale la
pena aclarar que las CT pueden establecerse a la medida, aunque una forma más
rigurosa de ajustarlas sería, utilizar el primer cuartil, la mediana y el
tercer cuartil o la media ± la desviación típica, a partir de experiencias
previas, con lo que se demuestra una vez más la flexibilidad del método.
Para la aplicación de este método es necesario un análisis
previo para fijar metas realistas que estimulen al productor a mejorar sus
resultados teniendo en cuenta los factores locales y los aspectos sociales que afectan a
los técnicos inseminadores y, en general, a todo el personal que trabaja en la
ganadería, aspectos señalados en Brasil por Russi, Costa-e-Silva, Zúccari,
Recalde y Cardoso, (2010) y en Cuba por
Horrach et al. (2017).
Máxima
eficiencia reproductiva
Cuando ya los rebaños alcanzan la
categoría de eficiencia reproductiva alta, para medir el posterior mejoramiento
se proponen tres opciones:
1.
Dejar todo igual hasta
la categoría de eficiencia alta (lo más sencillo) y evaluar la mejora posterior
por la magnitud del índice global ¿cuánto más es mayor que la unidad?
2.
Adicionar
otra categoría utilizando CT cercanas al umbral biológico permisible por la
especie (por ejemplo, IPP = 12, EPP = 24 y promedio de partos = 5). En este
caso, no se tiene en cuenta la TR porque a estos niveles de eficiencia no es de
interés monitorearla. En este sentido, Chebel y Ribeiro (2016) han expresado
que los rebaños con un manejo reproductivo eficiente que no se están expandiendo no necesitan
comprar novillas de reemplazo para mantener un número constante de vacas
lactantes en el rebaño.
3.
Utilizar
componentes o indicadores más exigentes que tiendan a eliminar la diferencia
entre la venta real de machos y los nacimientos en novillas con los nacimientos
esperados de sus madres en la UTE, integrando la componente de nacimientos en
las vacas (IpNV) con la de desarrollo de la hembra (IpHD) o del macho (IpDM) en
un solo índice, ya que en todos estos casos no se necesita el índice parcial
(IpCM) pues a estos niveles de eficiencia su monitoreo no debe constituir una
preocupación.
En la primera opción, se debe
utilizar una escala a partir de la unidad con un punto de corte, para asignar
las categorías de eficiencia muy alta y de élite o máxima eficiencia.
En la segunda opción, la eficiencia
se mide por la magnitud del índice, con un punto de corte, pero en sentido
contrario (en qué medida su valor se acerca a la unidad) ya que, en las metas
de la segunda opción, o los requisitos de la tercera se hace prácticamente
imposible alcanzar el valor de la unidad.
Para la tercera opción se hace
necesario tener en cuenta el concepto de reproducibilidad
del rebaño (RR) que definimos como la capacidad que tiene el rebaño de
aprovechar todo su potencial reproductivo y de adaptación al medio en función
del reemplazo generacional. Este se mide por la relación entre los nacimientos
o partos hembras de las vacas adultas y los nacimientos o partos totales de sus
hijas (novillas en su primer parto) que aplicado a los machos sería la relación
entre los nacimientos o partos machos de las vacas adultas y de ellos los que
llegan a venderse.
Lo anterior conduce a la creación de
un índice integrado para máxima eficiencia que puede ser Simple (ISRR), si se aplica por separado para cada sexo (h y m), o Compuesto (ICRR) si se promedian ambos
de la siguiente forma:
* Nacimientos esperados en la
categoría alta (IPP=13) y en la UTE con un retardo igual al tiempo establecido
para cumplir los requisitos del contrato de venta en los machos y de la EPP en
las hembras.
Al parecer bastaría con ésta variante
de índice integral para resolver el objetivo trazado en el artículo, utilizando
tres puntos de corte para establecer cuatro intervalos en una escala de cero a
uno y asignarle a cada uno de los intervalos las categorías de baja a muy alta
o élite.
Sin embargo, con este proceder no se
detecta con exactitud dónde se localiza el problema para enfocarse en él desde
el punto de vista del mejoramiento continuo y sistemático; por otra parte, la
frecuencia de valores cero o próximos a cero desestimularía al productor, sobre
todo en rebaños de pequeño y mediano tamaño y baja o mediana fertilidad.
También se tendría que utilizar una UTE de menor periodicidad para las
autoevaluaciones sin poder acometer a tiempo las medidas para la mejora. Por
tanto, no tiene sentido la aplicación de dicho índice integrado en rebaños de
eficiencia reproductiva baja o media; entonces, es necesario metodológicamente
transitar paso a paso por las categorías inferiores para llegar a la de máxima
eficiencia.
Resumen de las
características generales del índice global
La principal característica de este
índice es que toda su metodología se centra en los nacimientos. En esta se
evalúa dinámicamente la cantidad y calidad del resultado y
la velocidad con que se alcanza y moviéndose prospectiva y retrospectivamente a
lo largo de todo el ciclo de vida de los animales (Fig. 2). Los cálculos
se realizan en la misma unidad de tiempo seleccionada y con la continuidad
(serie temporal) normal de la variable tiempo.
Fig. 2. Representación
gráfica de los componentes básicos del índice global de eficiencia
biorreproductiva (IgEBR) y su relación con indicadores reproductivos clásicos y
la vida reproductiva útil de la hembra. Se destaca el carácter prospectivo y
retrospectivo de IpHD y IpNV y la posibilidad de incluir otros componentes
(opcionales) como el IpCM e IpDM.
La segunda característica consiste en
que, a pesar de resultar complejo y difícil en su concepción teórica, su
aplicación resulta muy sencilla en la práctica, tanto para el cálculo como para
la interpretación de cada índice parcial o del índice global.
Está formado aditivamente por dos
índices parciales básicos que se pueden extender hasta cuatro para incluir un
índice parcial de uso temporal relacionado con el tamaño y crecimiento del
rebaño (IpCM) y otro opcional concerniente a la cría y desarrollo del macho
(IpDM).
Se puede hacer corresponder con el
nivel de exigencia deseado (bajo, medio y alto) mediante metas u objetivos de
los indicadores clásicos usados frecuentemente, en cualquiera de los sistemas
de organización de la reproducción.
Se puede calcular con datos agregados
transversalmente con cualquier nivel de agregación (rebaños, empresas,
municipios, etc.) y también con datos acumulados longitudinalmente para
cualquier UTE.
Es integral porque está compuesto por índices parciales que
indirectamente toman en cuenta todo el quehacer del manejo reproductivo del
rebaño.
Es flexible porque propone opciones de componentes que pueden ser
incluidos, modificados e incluso eliminados del índice global, con el objetivo
de adaptarse a cualquier escenario.
Se adecua a la unidad de tiempo
deseada para el registro, control y autoevaluación (mes, bimestre, etc.) y a cualquier tamaño de rebaño (pequeños,
medianos y grandes) así como a cualquier sistema de explotación.
Es sencillo porque su cálculo se realiza utilizando solamente las
cuatro operaciones aritméticas básicas y se construye controlando un número
reducido de variables e indicadores clásicos (IPP y EPP) que subyacen en las
metas trazadas, pero no es necesario su control y cálculo.
De fácil interpretación, en base a la
desviación del valor de cada componente o del índice global con respecto a la
unidad que representa el cumplimiento del objetivo; valores menores que uno
indican el incumplimiento y mayores el sobrecumplimiento. Tiene la capacidad de
detectar, en la dinámica del ciclo de
vida útil de los animales, dónde se encuentran las principales dificultades.
Durante todo el desarrollo se ha
evitado el uso innecesario de nomenclaturas rigurosas científicamente, símbolos
como el de sumatoria, subíndices como i-esimo y otros términos y conceptos como
el de dimensionalidad, aditividad, pesos o ponderaciones (wi),
multicolinealidad, suma ponderada, asíntota, etc. Todo ello con la intención expresa
de facilitar la comprensión del productor simple, que usa métodos tradicionales
de registros de la información en libretas de campo o tarjetas de
identificación y control individual de los animales, en rebaños generalmente
pequeños.
Independientemente de lo expresado
también puede ser utilizado por empresarios y personal calificado que usan las
nuevas tecnologías de la información y comunicación para el control de rebaños
generalmente más grandes, con automatización del registro y procesamiento de la
información.
Para contribuir a resolver un
problema científico de larga data, se brinda una metodología para construir
un índice global que evalúa la eficiencia biorreproductiva del rebaño, hecho a la medida, que se
caracteriza por ser sencillo, dinámico, de fácil interpretación, que detecta
con facilidad dónde se centran las mayores dificultades dentro de un proceso
biológico extremadamente complejo y sobre todo, de extrema flexibilidad en
cuanto a las condiciones para su aplicación.
Esta metodología puede aplicarse en cualquier rebaño y en
el momento deseado, lo que le proporciona ventajas en comparación con otros
indicadores como el IPP, que tienen una base anual para el cálculo y que además
se obtienen transversalmente y no permiten trabajar en la reproducción de forma
proactiva, de manera que permite adoptar las medidas para mejorar la dimensión
afectada.
Continuar ampliando el alcance de la
metodología propuesta ya que con pequeñas modificaciones el índice global puede
adaptarse para tener en cuenta relaciones con indicadores productivos o
económicos a través de bonificaciones y penalizaciones en base a los
coeficientes de contribución relativa y aplicarse a otras especies de ganado
mayor o menor, uníparas e incluso multíparas, siempre utilizando la misma
estructura y métrica.
Desarrollar un proyecto para que todo
el contenido de esta metodología, incluida la primera recomendación, forme
parte de un software específico para
la evaluación general de la eficiencia reproductiva y una gestión digitalizada
del rebaño.
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Roberto Vázquez Montes de Oca
concibió y diseñó la investigación a partir de las limitaciones y críticas a
los índices utilizados tradicionalmente para la evaluación de la eficiencia
reproductiva de los rebaños bovinos. Participó en el análisis e interpretación
de los datos y en la redacción del artículo.
José Alberto Bertot Valdés participó
en el análisis e interpretación de los datos y en la redacción del artículo.
Maydier Norman Horrach Junco participó
en el análisis e interpretación de los datos y en la redacción del artículo.
Los autores declaran que no
existen conflicto de intereses.